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domingo, 5 de mayo de 2013

No me gustan las rimas, ni la poesía, ni las cosas empalagosas; y perfeccionadas hasta crear un texto perfecto, que suene bonito, que se vea bonito y sorprenda a su espectador.
¿Cómo sorprender con lo vacío? con lo editado, no real ni verdadero.
No creo el texto perfecto, sin errores, sin dolores y buenos finales. Creo, siento, y pienso y escribo mi vivir, mi sentir, no importa la redacción, pues quizás no es que no sea real  no es que no sepa redactarlo, si no que simplemente hasta lo vivido, esta puede estar mal contado.
Yo solo lo escribo como lo pienso y siento me plaza. Y aunque este lleno de faltas ortográficas, puntos y comas perdidos. Nadie nunca podría contar mejor las experiencias que el mismo protagonista ha vivido.

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