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lunes, 27 de mayo de 2013

Días como estos sacan nuestra sensiblidad a flote de una forma singular. Y le vas a parecer absurdo a muchos, pero si se detienen a pensar, se darán cuenta que realmente es así. La lluvia, nos inspira infinitos sentimientos como: La melancolia, las ganas de un reencuentro fugaz, un beso interminable, una tarde de cigarrillos y cafe junto a alguien especial, incluso un día en la playa con la intensidad del mar a flor de piel.
Aunque todos sintamos diferente, un día de lluvia nos une a muchos con un mismo sentir; Un recuerdo que por más que sea diferente, se mantiene presente en nosotros y despunta aun más en un día de aguacero.

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