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sábado, 25 de octubre de 2014

La noche estaba cálida
Se acercaban las 4.00 am.
Y yo permanecía encandilada,
quieta; observando el cielo,
que se asemejaba a la constelación
que rodeaba mis parpados.
Tenía un lado absolutamente
fuera de la realidad,
y me hundía como en un arenal movedizo,
Sin embargo, yacía serena,
Como si al otro lado
fuese a encontrarme con tu cuerpo.
A mi lado, un reloj,
Caía cada vez con mas prisa;
Y así contaba que el tiempo pasará,
de otra manera, no exístia noción.
El día y la noche estaban a punto de encontrarse;
Se rozaban el uno al otro,
eran casi un eclipse.
Casi digo, porque el miedo los gobernaba;
Aquella vulnerabilidad
a quedar desconsolados.
Desperté junto a un muro por dos segundos
y me adormecía en sueños infinitos.
Olvidé que el tiempo existía
y me aferre a un lapso exento.
Recordé entre medio de la nada,
que "ese", era mi lado en vuelo.
Y aquel defecto alforaba para ser virtud.

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