Seguidores

miércoles, 24 de abril de 2013



"... te lo dije" - suelo escuchar, leer y pensar una infinidad de veces aquella frase que retumba en mi cabeza como la campana de una catedral. Donde claro, yo vendría siendo "la catedral".
El punto no es lo que muchos me dijeron, me gritaron, me escribieron, me advirtieron o si debí hacer caso omiso o no. Si no las razones que llevaron a que me ilusionara con algo completamente antagónico a lo que muchos mencionaban.
Así como cuando escribo lo que siento; arrastro una virtud junto a un defecto. De la misma manera lo hago al luchar hasta más no poder sin importar lo que resulte de esto.
Creo vivir atada a la idea "No confíes ni en tu propia sombra, pues puede ser la primera en clavarte una daga al dar la espalda" o tal vez solo creí haber estado frenada por semejante bobería. Y es que no es más que una estupidez.
Es verdad que no hay que confiarse a ciegas, sin embargo, de vez en cuando necesitamos alguien en quien creer, aunque lo nieguen, muchos lo han pensado y lo han sentido.

En fin, todo en esta vida es un riesgo:
Cuando damos nuestro primer paso, corremos el riesgo de tropezarnos.
Cuando estamos aprendiendo a andar en bici, perdemos el equilibrio.
Cuando te dicen que no te encarames, porque te puedes caer y tú vas y lo haces
Cuando das tu primer beso, arriesgándote a lo bueno o lo malo
Cuando te enamoras por primera vez.


En la vida todo es un riesgo, nuestra subsistencia no consiste en evadir las trabas que se nos pongan en el camino, si no en derribarlas. Podemos salir ilesos o heridos, pero jamás derrotados. Todo aquel que es capaz de arriesgar por algo que según su criterio vale la pena, será siempre ganador.

No hay comentarios:

Publicar un comentario